¿Qué hacemos con los niños en vacaciones?
Es la misma cuestión de todos los años cuando cierran las puertas de los colegios y los padres se preguntan qué hacer con los niños.
La mayoría de las familias recurre a la buena voluntad de los abuelos llevando a los niños a su casa o desplazando a los abuelos a la casa de los niños.
Son los salvadores en estas épocas del año, mes y medio aproximádamente de vacaciones en que los padres tienen que seguir trabajando y alguien tiene que cuidar a los pequeños.
También hay otras opciones pero en muchos casos no se ajustan a los horarios ni al bolsillo de los padres.
Los campamentos de verano o navidad son una buena alternativa, pero hay pocas plazas públicas y las privadas son muy caras. Lo mismo con las escuelas de verano, o los centros de ocio, donde pueden estar unas horas pero no durante todo el día.
Contratar a alguien que los cuide en casa puede suponerle a los padres gastarse prácticamente el sueldo de alguno de los dos.
La buena voluntad de los abuelos, se agradece, y en muchos casos estarán esperando ansiosos cuidar de sus nietos durante el verano o navidad, pero en otros no están en condiciones de hacerse cargo de los niños durante todo el día todos los días.
Tampoco en todas las familias hay abuelos a los que acudir, en algunos casos también trabajan, entonces ¿qué hacemos con los niños?
Si el sistema laboral es tan tirano que hace prácticamente imposible la conciliar la vida familiar y el trabajo, ¿por qué las empresas no arriman en hombro para ayudar a solucionar este eterno problema?